¿Qué pasa si abres la puerta de un avión mientras vuela?

Esto es lo que ocurriría si alguien abre la puerta de un avión mientras vuela. ¿Es esto posible?

Javier Vegas

Javier Vegas

Os explicamos con todo lujo de detalle lo que en realidad ocurriría si alguien abriera la puerta de un avión en pleno vuelo

VÍDEO: SE ABRE LA PUERTA DEL AVIÓN A PUNTO DE DESPEGAR

Seguro que alguna vez te has preguntado si en un descuido de la tripulación, una persona puede abrir la puerta de un avión en pleno vuelo. ¿Qué ocurriría?

No sería la primera vez que alguien lo intenta. Por ejemplo, recientemente un pasajero trató de abrir la puerta de una cabina de un avión en pleno vuelo entre Mallorca e Ibiza, sin embargo, no fue posible. Aun así, siempre queda la duda de qué hubiera ocurrido de no haber sido reducido rápidamente.

Pues bien, la realidad es que abrir la puerta de un avión mientras vuela es físicamente imposible. Esto se debe a que la diferencia de presión con el exterior es tal que para abrirlas haría falta una fuerza equivalente a la necesaria para levantar una tonelada de peso, algo inalcanzable para cualquier ser humano.

La altura a la que vuelan los aviones unidos a la velocidad a la que se desplazan hacen que la presión en el exterior sea menor que en el interior. A más altura, más cerradas quedan las puertas herméticamente.

Los únicos momentos en que las presiones se igualarían algo más sería durante el aterrizaje y despegue, momento en que el avión vuela a una menor altitud.

Sin embargo, sigue siendo prácticamente imposible abrir la puerta, primero porque la vigilancia de la tripulación en ese momento es mayor, y segundo porque el momento del aterrizaje y despegue es tan corto que no da tiempo a que se igualen totalmente las presiones.

Por lo tanto, aunque no habría que hacer tanta fuerza como en pleno vuela, seguiría siendo muy complicado.

Para abrir una puerta en pleno vuelo haría falta una fuerza equivalente a una tonelada

Aún en el caso de que a baja altura se abrieran las puertas, las consecuencias no serían graves, y los pasajeros apenas lo notarían salvo por el fuerte ruido de los motores. Al piloto le llegaría una notificación de que la puerta está abierta y abortaría el despegue o aterrizaría.

Cuando el avión está en altura en pleno vuelo la cosa cambia, y aunque ya hemos dicho que es físicamente imposible que una puerta se pudiera abrir, en este caso las consecuencias serían mayores. La propia presión diferencial hace que las puertas queden enclavadas, es decir, cerradas herméticamente.

En el supuesto caso de que se abrieran las puertas, la cabina sufriría una fuerte descompresión capaz de succionar a cualquiera que no estuviera bien sujeto al asiento. Además, la presión atmosférica en la altura de los vuelos comerciales resultan incompatibles con la vida. Aunque recordamos, llegar a este caso es físicamente imposible.

Un caso aparte es el de los aviones, especialmente militares, diseñados para que los paracaidistas salten. En esos casos no tienen cabinas presurizadas porque vuelan a mucha menor altura que los de las aerolíneas comerciales. Por eso, abrir las puertas no supone ningún peligro. Y ahora, ¿te has quedado más tranquilo?

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